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May
19

Gafas por gusto

Aunque al parecer no es algo único de Japón, por lo visto aquí (y en Corea del Sur) es una moda bastante más extendida que en otros lugares. Me refiero a lo que en Japón se conoce como “datemegane” (伊達眼鏡, ダテめがね) o, lo que es lo mismo, llevar gafas por gusto. No se llevan para corregir ningún defecto visual ni para proteger los ojos de la luz. Las lentes de las gafas se sustituyen por unos simples cristales sin graduación, o a veces incluso sólo se lleva la montura sin cristales siquiera.

En realidad, más que por gusto se llevan por estética, ya que unas grandes gafas, a poder ser de pasta oscura, resaltan y hacen que los ojos parezcan más grandes, cosa muy apreciada aquí. Además, dan cierta imagen de inteligente, algo que ha potenciado la industria del anime y sus chicas meganekko (“chicas con gafas”, メガネっ娘).

No es nada nuevo por aquí, pero es especialmente durante estos últimos meses que al parecer se han puesto de moda y se ven por todas partes: en la calle, en los programas de televisión… incluso hay multitud de tiendas especializadas en este tipo de gafas.

伊達眼鏡

Si pasáis por aquí fijaos y veréis que bastantes chicas (y algunos chicos) con gafas en realidad las llevan sin cristales.

Abr
7

Sistemas de aviso urgente de terremotos

Durante estas últimas semanas entre algunos de los vídeos que se han podido ver sobre el terremoto que afectó a gran parte del este de Japón había también algunos que mostraban los avisos que se daban a la población sobre la llegada inminente del terremoto.

Debido a que las ondas sísmicas se propagan más lentamente que las electromagnéticas, las estaciones sismológicas más cercanas a la zona del epicentro pueden avisar por teléfono, radio o televisión a la población con cierta antelación, dependiendo de la distancia que haya entre esa gente y el epicentro. Así, aunque a veces da tiempo a salir de la casa o del ascensor, otras tan sólo da tiempo a meterse debajo de una mesa, o incluso a veces uno se encuentra tan cerca del epicentro que no da tiempo a hacer nada.

En el caso del terremoto del 11 de marzo, al producirse en la zona de Tôhoku, el aviso se pudo emitir unos 80 segundos antes de que el terremoto se empezara a sentir en Tokyo, a más de 370 km al sur, lo cual dio tiempo a mucha gente a estar preparada, e incluso a empezar a grabarlo antes incluso de que empezara. Yo mismo pude experimentar esto dos días antes del 11 de marzo cuando hubo otro terremoto en la misma zona y vi el aviso por televisión un minuto antes de empezar a sentirlo, como escribí en mi microblog aquel día.

Existen diversos dispositivos y software para recibir este tipo de avisos: los teléfonos móviles japoneses desde hace un tiempo tienen este sistema integrado y obligatorio. Los smartphones no japoneses no disponen de este servicio, pero existen diversas aplicaciones que lo suplen en cierta medida, la más famosa de las cuales tal vez sea “yure kure kôru” (ゆれくれコール, “la llamada del temblor que llega”), una aplicación gratuita para iPhone que ha sido de las más descargadas estas semanas. Estos sistemas hacen que se oiga (aun teniendo el teléfono en modo vibrador) un fuerte pitido que llama la atención. Estos días era bastante habitual estar dentro un tren, oír como en los teléfonos de mucha gente se oía la alarma de terremoto, y justo después el tren hace una parada de seguridad para prevenir descarrilamientos. Además del pitido llega un mensaje indicando la zona del epicentro y la intensidad calculada, tanto en la zona del foco como en la zona donde uno se encuentra (normalmente se puede configurar para que sólo avise a partir de cierta intensidad).

Hay también aparatos que se colocan en casa y que están conectados a los servicios sismológicos, avisando también con un fuerte pitido que alerta a los que están en casa.

Respecto al software existente para ordenador, los más famosos para el público en general son “The Last 10 Second” (sugerente nombre), de pago, y un programa gratuito llamado SignalNow Express, que avisan de manera similar a la de los móviles. En el siguiente vídeo se puede ver como una persona de Tokyo recibe el aviso por el programa “The Last 10 Second” antes de empezar a sentir los temblores, mediante una cuenta regresiva, tras lo cual se oye: “llegada”.

Puedo decir por experiencia que ser consciente de que en unos segundos te va a sacudir un terremoto pone como mínimo bastante nervioso, aunque es una experiencia en cierto modo curiosa para aquellos que no estén acostumbrados.

Por último, quizás la manera más “clásica” de enterarse de que se acerca un temblor es mediante la televisión. La cadena por excelencia es la cadena pública NHK, la que primero retransmite la información, con el clásico mensaje: “緊急地震速報です。強い揺れに警戒してください(“Esto es un aviso urgente de terremoto. Prepárese para un fuerte temblor”). Justo después indican las zonas que se verán afectadas y recomiendan esconderse bajo una mesa, etc. Aunque es algo relativamente habitual en Japón, estas semanas pasadas los avisos han sido constantes.

El por qué la gente prefiere la cadena NHK frente a otras cadenas para informarse de los terremotos lo podéis ver en el siguiente vídeo donde se ven simultáneamente las retransmisiones de las principales cadenas en el momento del terremoto del 11 de marzo: mientras que la NHK tardó muy pocos segundos en avisar, las demás cadenas lo hicieron más de dos minutos después, cuando el temblor ya se estaba sintiendo en Tokyo, como se puede ver en algunos estudios de televisión que estaban retransmitiendo en ese momento. La pantalla de la NHK es la de arriba a la izquierda:

Por último, dejo un vídeo en el que se ve únicamente la retransmisión de esos momentos de la NHK (con subtítulos en inglés). En ese momento se estaba retransmitiendo una sesión del Parlamento japonés, y pocos segundos después del aviso los que estaban reunidos empiezan a notar los temblores.

Mar
15

Cómo están las cosas por Tokyo a día de hoy (15 de marzo de 2011)

“Japón lucha por evitar una tragedia nuclear”, “Japón teme por una catástrofe nuclear”, “Se detecta un aumento vertiginoso de partículas radioactivas en Tokio” “Francia advierte que las autoridades japonesas no están diciendo la verdad respecto a los niveles de radioactividad”.

Titulares como estos están inundando los medios informativos por todo el mundo. ¿Qué hago, entonces, yo aquí? ¿Por qué no salgo pitando hacia el oeste del país o, mejor aún, hacia España? Voy a intentar explicar un poco cómo está la situación en Tokyo a fin de ofrecer una visión real, de alguien que está viviendo aquí.

En primer lugar decir que no soy ningún experto en física nuclear, aunque tengo algunas nociones y práctica en medicina nuclear. Dicho esto, aclarar que la dosis máxima horaria recibida en una hora en Tokyo en el momento en que la radiación ha sido más alta hoy (entre las 10 y las 11 de la mañana; horas después ya era solo una pequeña fracción de ese nivel) ha llegado a 0,8 μGy/h (o 0,8 μSv/h). Para hacerse una idea, de media, una radiografía de tórax emite unos 50 μGy, con lo que se puede calcular fácilmente que estar unas 62 horas a la intemperie (dentro de una casa la exposición a este tipo de radiación baja muchísimo) suponiendo que el nivel máximo se hubiera mantenido ese tiempo (que no lo hizo ni mucho menos) equivale a… recibir una radiografía de tórax. Si lo comparamos con una tomografía computarizada (TC) de abdomen (1200μGy), habría que estar 62 días seguidos a la intemperie en Tokyo suponiendo siempre que la radiación pico se hubiera mantenido (cosa que, insisto, no hizo). Más ejemplos: un pasajero de un vuelo Tokyo-Nueva York recibe unos 190μGy, lo que equivale a 10 días a la intemperie en Tokyo bajo esa situación. La situación en prefecturas cercanas a la central nuclear de Fukushima no es tampoco tan catastrófica ni mucho menos: haría falta estar bastantes días exponiéndose a ese nivel de radiación para equipararla a la radiación a la que nos exponemos en una simple tomografía.

Los niveles de radiación en Tokyo son fácilmente comprobables a través de muchas y diversas fuentes independientes entre sí. Este enlace, por ejemplo, se actualiza cada hora mostrando los niveles en la capital japonesa:

http://www.tokyo-eiken.go.jp/monitoring/index.html

Aquí un usuario particular comparte vía streaming la medición por un contador Geiger en su casa en Kôtô-ku, un distrito de Tokyo:  (no sé lo que durará el enlace)

http://www.ustream.tv/channel/geiger-counter-tokyo

Hay muchas otras fuentes para ver los niveles de radiación actualizados, pero no es mi intención mostrarlos todos.

Lo que me fastidia de esto es la manipulación amarillista que están haciendo los medios, poniendo nerviosos a los familiares o conocidos de los que vivimos aquí, e incluso a japoneses que consultan medios de información extranjeros y pueden dudar de lo que dicen las autoridades aquí. Que incluso fuentes “serias” como la autoridad nuclear francesa afirme que el gobierno japonés no está diciendo la verdad respecto al estado de los reactores es como para hacer una denuncia formal a Francia. Si realmente ya se hubiera producido la fusión de varios núcleos no se explicaría que los niveles de radioactividad sean menores ahora que en el momento pico de esta mañana.

A los que viven en España tal vez les sorprenda saber qué niveles de radioactividad hay por allí:
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Valores en μGy/h (o μSv/h) Fuente: Consejo de Seguridad Nuclear Español

Vamos, que el nivel de radiación que están recibiendo los españoles en general es bastante más alto que el que se está recibiendo actualmente en Tokyo, a veces más del doble. Y entonces, ¿a qué vienen esas fotos de operativos japoneses con mascaras antigás “descontaminando” a personas que vivían en zonas cercanas a la central? Por seguridad. Por si alguien todavía no lo sabe, si en algo son buenos los japoneses es en prevención: incluso ante nimiedades que en otros países se obviarían aquí se exageran por evitar males mayores: cualquiera que haya estado por aquí habrá visto como se destina a un operario simplemente a avisar de que hay un escalón por unas obras, o una gotera, etc.

Si yo, que como he dicho, no soy ningún entendido en la materia, ¿en qué narices están pensando los medios cuando publican semejantes titulares? De verdad, que no pase nunca nada de esto en España porque viendo este nivel de incompetencia entonces sí que habría que salir corriendo del país.

Para terminar, unas imágenes insólitas hasta hace unos días del centro de Tokyo. Debido a la parada de varias centrales nucleares y a la desviación de energía que se está haciendo hacia las zonas afectadas del norte estos días se está haciendo un esfuerzo por ahorrar energía y evitar cortes de suministro. Un ejemplo vivo de solidaridad. Algunas de las zonas más iluminadas del mundo ahora están medio a oscuras:

Studio Alta

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Cuando normalmente está así: (foto tomada de Flickr)

Studio Alta Rendezvous

Shinjuku dôri: (cuando su aspecto habitual es este)

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Nishi Shinjuku, zona conocida por sus tiendas de electrónica: (normalmente así)

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Nishi Shinjuku:

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Shinjuku, salida sur: (normalmente así)

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Southern Terrace:

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Habitualmente se ve así: (foto de Flickr)

view from the south exit of Shinjuku station

Un pachinko, siempre abiertos hasta muy tarde:

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Incluso la estación de Shinjuku, la estación más transitada del mundo, en plena hora punta (19:30 de un martes) no muestra la imagen de caos que quieren dar a entender los medios extranjeros:

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La línea Chuo, eso sí, llena como siempre:

11

Mar
13

Cómo he vivido el mayor terremoto en la historia de Japón

Escribo esta entrada un par de días después del terremoto que ha ocurrido frente a la costa noreste de Honshû, del que todo el mundo ya ha oído suficiente y no es mi intención explicar, así que me limitaré a contar cómo lo he vivido estos tres días.

En el momento de la primera (y mayor) sacudida me encontraba volviendo de una excursión en una zona rural al oeste de Tokyo con un amigo japonés. Justo estaba haciendo una foto cuando me da la típica sensación de mareo que siempre da antes de darse uno cuenta de lo que realmente está pasando. Entonces el resto: árboles agitándose, un característico ruido de todo sacudiéndose, crujidos y sensación de que todo (incluyendo las montañas que había alrededor) temblaba. Rápidamente consulté en el teléfono móvil la información sísmica  mientras pensaba que allá donde estuviera el epicentro lo debían estar pasando muy mal. Efectivamente, al ver que se trataba de un grado 7 en la escala japonesa me doy cuenta de que jamás he oído de un sismo de semejante magnitud en Japón (que ya es decir).

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A los pocos minutos del terremoto en los combini ya se habían preparado para que no se les cayeran las botellas

Seguimos caminando hacia la estación de tren que nos debía llevar de vuelta a la zona más urbana y mientras tanto vamos notando las sacudidas de las réplicas, la más fuerte de las cuales nos pilló en la misma estación. La gente no se movía, pero yo tenía claro que estaba más seguro fuera de la estación que bajo techo.

Al poco rato se dice por megafonía que se trataba del mayor terremoto del que se tenía constancia en el país, y que todo el servicio de tren de la zona se encontraba parado hasta nuevo aviso. Tras varias horas esperando y tras saber que no se iba a restablecer el servicio hasta el día siguiente llamamos a unos amigos que vinieron rápidamente a buscarnos en coche (¡gracias!).

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La máquinas muestran que el servicio ferroviario se encuentra parado.

Las principales vías de acceso a Tokyo estaban bastante saturadas como era de esperar al no haber servicio ferroviario, pero finalmente llegamos a nuestras casas esa noche. Mientras, las réplicas no cesaban, algunas suficientemente fuertes como para hacer que me pusiera de pie preparado para salir a la calle en cualquier momento. Esa noche dormí a ratos, ya que los temblores me iban despertando.

A la mañana siguiente empiezo a informarme más en profundidad sobre la situación al norte del país, donde estaban pasándolo realmente mal tras los terremotos en sí, los tsunamis y los incendios. Empiezo a darme cuenta de que muchos medios extranjeros, y especialmente españoles, están basando las noticias en lo que les decían algunos “bloggers” que están viviendo aquí. No sé si eran los propios medios tergiversando la información a base de medias verdades o los mismos informantes que querían atraer la atención, pero a partir del sábado empecé a leer noticias que describían un Tokyo al borde del holocausto: gente abarrotándose en supermercados casi vacíos, amenazantes réplicas que no dejan de sucederse, una población totalmente alarmada por la explosión en la central nuclear de Fukushima, gente que empieza a escapar de la capital por miedo a la contaminación radioactiva, etc. Y mientras yo viendo una realidad totalmente diferente:

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Supermercado el sábado por la tarde: “sin existencias” y “abarrotado” de gente loca por comprar víveres para sobrevivir a la catástrofe.

Lo único que pude ver en los cinco o seis supermercados a los que entré en varias zonas de Tokyo fue que se acabaron ciertos productos, como los fideos instantáneos, la mayoría de marcas de leche y agua y algún otro producto. El resto, más o menos como siempre.

Evidentemente es serio, y mucho, lo que ha pasado. Pero de ahí a que realmente estemos viviendo esa situación descrita por algunos medios hay mucha diferencia. Uno siente las réplicas si está en casa sentado, no así si está caminando. De hecho, la inmensa mayoría de las réplicas se oyen más que sentirse: hay que mirar la lámpara (es el sismógrafo de muchos de nosotros) o las cortinas para cerciorarse de que realmente hay un temblor… os podéis hacer una idea de en qué han consistido esas réplicas. Mientras, amigos japoneses llamándome para ir al centro de Tokyo a cenar, etc., todo dentro de la más absoluta normalidad (o casi). Los desperfectos en Tokyo hay que buscarlos: algún cristal roto y poco más.

Otra cosa son los medios japoneses: en un país normalmente falto de noticias en el que una paliza a un actor de kabuki es la noticia más analizada y comentada del mes es de esperar que la noticia de este desastre sea el único tema del que hablan. De hecho, la mayoría de los principales canales de TV llevan emitiendo ininterrumpidamente noticias desde el viernes día y noche, aún no he visto otro programa en TV que no sean noticias.

Unas imágenes que no estaréis acostumbrados a ver: presentando las noticias con casco.
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En esta última foto dando las noticias además a oscuras debido a los cortes de luz que ha empezado a haber esta tarde en la prefectura de Miyagi. Todo un ejemplo de profesionalidad, ¿no?

En resumen, muy mal los medios de comunicación extranjeros, que se han dedicado a alarmar a la gente (sobre todo a las familias de los que vivimos aquí) y a centrar gran parte de la noticia en Tokyo, donde prácticamente todo ha transcurrido dentro de la normalidad (excepto el paro de trenes, algunos desperfectos y los cortes de luz que se prevén para mañana lunes), quitando protagonismo a quienes realmente lo merecen: las prefecturas de Fukushima, Iwate y Miyagi.

Y a todo esto, he oído que en España se ha dicho que la embajada española ha confirmado que todos los españoles se encuentran bien. Que yo sepa, solo han intentado ponerse en contacto con los españoles residentes en las zonas afectadas, no han llamado a nadie aquí en la capital (tampoco es que lo necesitemos). Lo curioso es que ellos me dijeron que me debía inscribir en el registro de la embajada precisamente para esto, para que me localizaran en caso de terremoto. Bueno sí, y para avisarme de los eventos oficiales que haya en la embajada.

Como último punto a remarcar decir que me he quedado admirado del comportamiento del pueblo japonés ante la catástrofe: están demostrando ser un país preparado y dispuesto a ayudarse entre ellos. Aunque los que leéis este blog sabéis que también me quejo cuando hay cosas que no me gustan de aquí, sin duda lo que ha pasado estos días ha hecho que crezca mi admiración por este país.

Japón ha sabido salir adelante con la cabeza bien alta tras otras catástrofes, estoy seguro de que saldrá también airoso de esta.

Jul
3

“The Cove” y la opinión pública japonesa

Hoy 3 de julio se estrena de forma oficial en Japón el controvertido documental “The Cove” (“La Cala”), de momento en cinco salas, número que se irá ampliando durante el verano.

Para quien no conozca de qué va todo esto, os pongo un poco en contexto. “The Cove” es una película-documental filmada en Taiji (太地), el pueblo ballenero por excelencia, al sureste de la prefectura de Wakayama (aquí), considerado uno de los entornos más bellos de la costa occidental de Honshu. En el documental se denuncia la matanza de entre 1.700 y 23.000 delfines (dependiendo de las fuentes) que se lleva a cabo anualmente entre septiembre y abril en esa zona. Así como la caza de ballenas está regulada por la Comisión Ballenera Internacional, la de delfines no, por lo que en este caso Japón no tiene problemas legales para cazar delfines con fines económicos. Una parte de estos se venden vivos a acuarios y delfinarios de todo el mundo, mientras que los delfines que no han sido escogidos se llevan a una cala próxima donde se sacrifican para venderlos como carne y otros subproductos. Esta zona a donde se les lleva para matarlos está fuertemente vigilada, y las autoridades locales prohíben la entrada a cualquier persona ajena al negocio.

Dejando a un lado la matanza (que se relata con todo detalle en el documental), otro tema relacionado con este es el peligro que representa el consumo de carne de grandes cetáceos, debido a las enormes cantidades de metilmercurio (un producto altamente tóxico, causante de la enfermedad de Minamata, que curiosamente también se describió en  un pueblo pesquero japonés) que contiene su carne, por la acumulación de este veneno en el organismo de los peces y cetáceos. A los amantes del pescado, un consejo: cuidado con el consumo habitual de atún, un pez depredador en lo alto de la cadena trófica  (y, por lo tanto, con niveles muy elevados de mercurio en su carne).

La opinión pública japonesa, al igual que en otros temas, es bastante ignorante a este respecto (el de la pesca y el de la toxicidad de estas carnes). Yo, aun siendo extranjero y habiendo vivido algo más de dos años aquí estoy harto de ver productos hechos a base de ballenade delfín. Una simple visita al mercado de Tsukiji y saber leer el kanji de ballena (鯨) basta para comprobar que la venta de este cetáceo no responde a fines científicos, sino a puramente comerciales. En cambio, la vasta mayoría de los japoneses con los que he comentado el tema dicen no haber visto jamás a la venta carne de delfín, y en pocas ocasiones la de ballena. Debe ser que al vivir en un país extranjero me fijo más… Cabe decir, no obstante, que tanto la carne de delfín como la de ballena no son productos de consumo habitual; los típicos consumidores son japoneses mayores que lo hacen por herencia cultural.

Aunque el documental iba a ser estrenado hace unas semanas, la presión que han ejercido sectores nacionalistas de ultraderecha (los mismos que desde sus furgonetas negras se plantan en el santuario de Yasukuni y frente a grandes estaciones de tren de la ciudad y gritan lemas nacionalistas) hizo que se suspendiera su exhibición pública. En el siguiente vídeo (en japonés) se les ve frente a un cine en Yokohama alegando que la película es absolutamente anti-japonesa, falsa y auspiciada por Sea Sephard, una organización anti-ballenera que tuvo un incidente hace unos meses con un barco ballenero japonés.

Personalmente creo que la excusa de que cazar cetáceos es una costumbre tradicional japonesa no tiene la más mínima validez legitimatoria. También han sido costumbres tradicionales japonesas el seppuku (harakiri), los kamikaze, o la división poblacional en castas, y bien que se eliminaron dichas costumbres (¿no os suena todo esto a lo mismo que alegan los defensores de la tauromaquia?).

Recomiendo el visionado de “The Cove” a quien todavía no lo haya hecho, a fin de tener una visión de la otra cara de la moneda de la sociedad japonesa. A quien tras verlo se sienta ofendido por la crueldad e insensibilidad de los japoneses le recomiendo un ejercicio de autocrítica con el visionado de “Earthlings” (“Terrícolas”), otro documental que nos pone en evidencia a prácticamente todos (exceptuando a los veganos), y bastante más desgarrador, a mi parecer.

Abr
15

Matrimonios mixtos

En los últimos años Japón está experimentando cambios sociológicos trascendentales. A pesar de ser una sociedad muy cerrada a la hora de aceptar extranjeros en su país que tengan intención de quedarse a vivir, irremediablemente la sociedad japonesa cada vez se está diversificando más.

Un punto a destacar es el de las parejas mixtas, en el que uno de los miembros es japonés y el otro no. Aunque esto en cualquier otro país podría parecer irrelevante, aquí no lo es. En un país en el que menos del 2% de la población es extranjera (y esto es un máximo histórico), el hecho de que el número de matrimonios mixtos esté aumentando cada día más empieza a ser tema de conversación en los medios.

La mayoría (80%) de los matrimonios son de hombres japoneses con extranjeras, básicamente hombres de mediana-avanzada edad que viven en zonas rurales y se casan con mujeres chinas y filipinas de clase baja (evidentemente, el interés de éstas es adquirir un visado en un país del primer mundo). En el caso de las mujeres japonesas, se casan en primer lugar con coreanos, seguido bastante de lejos por americanos. Es por esto cada vez más frecuente ver por la calle a una chica japonesa acompañada de su novio extranjero europeo o norteamericano. En cambio, poquísimas veces he visto lo contrario, un chico japonés con una extranjera; de hecho, por cada hombre que se casa con una occidental hay diez mujeres que se casan con un occidental (y no voy a entrar a comentar las razones que pueda haber).

El caso es que una de las repercusiones en los medios de este fenómeno ha sido una famosa serie aquí: “Mi novio es un extranjero” (ダーリンは外国人). Su creadora (Saori Oguri) publicó un manga autobiográfico hace unos años en el que habla de Saori, una japonesa casada con Tony, un periodista húngaro-estadounidense. En él relata cómo ven los demás el hecho de que estén juntos,  situaciones en las que la manera directa de hablar/actuar de su marido la pone en un aprieto, y  en otros casos es Tony quien le demuestra el poco sentido que tiene a veces hacer las cosas “a la japonesa”.

darling

La autora ha publicado ya tres series de manga (cómic japonés), en la última incluso tienen un bebé. Debido al éxito que tuvo se hizo la versión en anime, que se pudo ver durante años en varias líneas de tren de Japan Railways. Finalmente, este sábado se ha estrenado la película en los cines japoneses.

La protagonista es Inoue Mao, famosa por su participación en la serie (dorama) “Hana yori dango“.

Seguro que muchas chicas japonesas con novio extranjero se sentirán identificadas con algunas de las situaciones que aparecen en la película.

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