Cómo están las cosas por Tokyo a día de hoy (15 de marzo de 2011)
“Japón lucha por evitar una tragedia nuclear”, “Japón teme por una catástrofe nuclear”, “Se detecta un aumento vertiginoso de partículas radioactivas en Tokio” “Francia advierte que las autoridades japonesas no están diciendo la verdad respecto a los niveles de radioactividad”.
Titulares como estos están inundando los medios informativos por todo el mundo. ¿Qué hago, entonces, yo aquí? ¿Por qué no salgo pitando hacia el oeste del país o, mejor aún, hacia España? Voy a intentar explicar un poco cómo está la situación en Tokyo a fin de ofrecer una visión real, de alguien que está viviendo aquí.
En primer lugar decir que no soy ningún experto en física nuclear, aunque tengo algunas nociones y práctica en medicina nuclear. Dicho esto, aclarar que la dosis máxima horaria recibida en una hora en Tokyo en el momento en que la radiación ha sido más alta hoy (entre las 10 y las 11 de la mañana; horas después ya era solo una pequeña fracción de ese nivel) ha llegado a 0,8 μGy/h (o 0,8 μSv/h). Para hacerse una idea, de media, una radiografía de tórax emite unos 50 μGy, con lo que se puede calcular fácilmente que estar unas 62 horas a la intemperie (dentro de una casa la exposición a este tipo de radiación baja muchísimo) suponiendo que el nivel máximo se hubiera mantenido ese tiempo (que no lo hizo ni mucho menos) equivale a… recibir una radiografía de tórax. Si lo comparamos con una tomografía computarizada (TC) de abdomen (1200μGy), habría que estar 62 días seguidos a la intemperie en Tokyo suponiendo siempre que la radiación pico se hubiera mantenido (cosa que, insisto, no hizo). Más ejemplos: un pasajero de un vuelo Tokyo-Nueva York recibe unos 190μGy, lo que equivale a 10 días a la intemperie en Tokyo bajo esa situación. La situación en prefecturas cercanas a la central nuclear de Fukushima no es tampoco tan catastrófica ni mucho menos: haría falta estar bastantes días exponiéndose a ese nivel de radiación para equipararla a la radiación a la que nos exponemos en una simple tomografía.
Los niveles de radiación en Tokyo son fácilmente comprobables a través de muchas y diversas fuentes independientes entre sí. Este enlace, por ejemplo, se actualiza cada hora mostrando los niveles en la capital japonesa:
http://www.tokyo-eiken.go.jp/monitoring/index.html
Aquí un usuario particular comparte vía streaming la medición por un contador Geiger en su casa en Kôtô-ku, un distrito de Tokyo: (no sé lo que durará el enlace)
http://www.ustream.tv/channel/geiger-counter-tokyo
Hay muchas otras fuentes para ver los niveles de radiación actualizados, pero no es mi intención mostrarlos todos.
Lo que me fastidia de esto es la manipulación amarillista que están haciendo los medios, poniendo nerviosos a los familiares o conocidos de los que vivimos aquí, e incluso a japoneses que consultan medios de información extranjeros y pueden dudar de lo que dicen las autoridades aquí. Que incluso fuentes “serias” como la autoridad nuclear francesa afirme que el gobierno japonés no está diciendo la verdad respecto al estado de los reactores es como para hacer una denuncia formal a Francia. Si realmente ya se hubiera producido la fusión de varios núcleos no se explicaría que los niveles de radioactividad sean menores ahora que en el momento pico de esta mañana.
A los que viven en España tal vez les sorprenda saber qué niveles de radioactividad hay por allí:
Valores en μGy/h (o μSv/h) Fuente: Consejo de Seguridad Nuclear Español
Vamos, que el nivel de radiación que están recibiendo los españoles en general es bastante más alto que el que se está recibiendo actualmente en Tokyo, a veces más del doble. Y entonces, ¿a qué vienen esas fotos de operativos japoneses con mascaras antigás “descontaminando” a personas que vivían en zonas cercanas a la central? Por seguridad. Por si alguien todavía no lo sabe, si en algo son buenos los japoneses es en prevención: incluso ante nimiedades que en otros países se obviarían aquí se exageran por evitar males mayores: cualquiera que haya estado por aquí habrá visto como se destina a un operario simplemente a avisar de que hay un escalón por unas obras, o una gotera, etc.
Si yo, que como he dicho, no soy ningún entendido en la materia, ¿en qué narices están pensando los medios cuando publican semejantes titulares? De verdad, que no pase nunca nada de esto en España porque viendo este nivel de incompetencia entonces sí que habría que salir corriendo del país.
Para terminar, unas imágenes insólitas hasta hace unos días del centro de Tokyo. Debido a la parada de varias centrales nucleares y a la desviación de energía que se está haciendo hacia las zonas afectadas del norte estos días se está haciendo un esfuerzo por ahorrar energía y evitar cortes de suministro. Un ejemplo vivo de solidaridad. Algunas de las zonas más iluminadas del mundo ahora están medio a oscuras:
Studio Alta
Cuando normalmente está así: (foto tomada de Flickr)
Shinjuku dôri: (cuando su aspecto habitual es este)
Nishi Shinjuku, zona conocida por sus tiendas de electrónica: (normalmente así)
Nishi Shinjuku:
Shinjuku, salida sur: (normalmente así)
Southern Terrace:
Habitualmente se ve así: (foto de Flickr)
Un pachinko, siempre abiertos hasta muy tarde:
Incluso la estación de Shinjuku, la estación más transitada del mundo, en plena hora punta (19:30 de un martes) no muestra la imagen de caos que quieren dar a entender los medios extranjeros:
La línea Chuo, eso sí, llena como siempre:
Cómo he vivido el mayor terremoto en la historia de Japón
Escribo esta entrada un par de días después del terremoto que ha ocurrido frente a la costa noreste de Honshû, del que todo el mundo ya ha oído suficiente y no es mi intención explicar, así que me limitaré a contar cómo lo he vivido estos tres días.
En el momento de la primera (y mayor) sacudida me encontraba volviendo de una excursión en una zona rural al oeste de Tokyo con un amigo japonés. Justo estaba haciendo una foto cuando me da la típica sensación de mareo que siempre da antes de darse uno cuenta de lo que realmente está pasando. Entonces el resto: árboles agitándose, un característico ruido de todo sacudiéndose, crujidos y sensación de que todo (incluyendo las montañas que había alrededor) temblaba. Rápidamente consulté en el teléfono móvil la información sísmica mientras pensaba que allá donde estuviera el epicentro lo debían estar pasando muy mal. Efectivamente, al ver que se trataba de un grado 7 en la escala japonesa me doy cuenta de que jamás he oído de un sismo de semejante magnitud en Japón (que ya es decir).
A los pocos minutos del terremoto en los combini ya se habían preparado para que no se les cayeran las botellas
Seguimos caminando hacia la estación de tren que nos debía llevar de vuelta a la zona más urbana y mientras tanto vamos notando las sacudidas de las réplicas, la más fuerte de las cuales nos pilló en la misma estación. La gente no se movía, pero yo tenía claro que estaba más seguro fuera de la estación que bajo techo.
Al poco rato se dice por megafonía que se trataba del mayor terremoto del que se tenía constancia en el país, y que todo el servicio de tren de la zona se encontraba parado hasta nuevo aviso. Tras varias horas esperando y tras saber que no se iba a restablecer el servicio hasta el día siguiente llamamos a unos amigos que vinieron rápidamente a buscarnos en coche (¡gracias!).
La máquinas muestran que el servicio ferroviario se encuentra parado.
Las principales vías de acceso a Tokyo estaban bastante saturadas como era de esperar al no haber servicio ferroviario, pero finalmente llegamos a nuestras casas esa noche. Mientras, las réplicas no cesaban, algunas suficientemente fuertes como para hacer que me pusiera de pie preparado para salir a la calle en cualquier momento. Esa noche dormí a ratos, ya que los temblores me iban despertando.
A la mañana siguiente empiezo a informarme más en profundidad sobre la situación al norte del país, donde estaban pasándolo realmente mal tras los terremotos en sí, los tsunamis y los incendios. Empiezo a darme cuenta de que muchos medios extranjeros, y especialmente españoles, están basando las noticias en lo que les decían algunos “bloggers” que están viviendo aquí. No sé si eran los propios medios tergiversando la información a base de medias verdades o los mismos informantes que querían atraer la atención, pero a partir del sábado empecé a leer noticias que describían un Tokyo al borde del holocausto: gente abarrotándose en supermercados casi vacíos, amenazantes réplicas que no dejan de sucederse, una población totalmente alarmada por la explosión en la central nuclear de Fukushima, gente que empieza a escapar de la capital por miedo a la contaminación radioactiva, etc. Y mientras yo viendo una realidad totalmente diferente:
Supermercado el sábado por la tarde: “sin existencias” y “abarrotado” de gente loca por comprar víveres para sobrevivir a la catástrofe.
Lo único que pude ver en los cinco o seis supermercados a los que entré en varias zonas de Tokyo fue que se acabaron ciertos productos, como los fideos instantáneos, la mayoría de marcas de leche y agua y algún otro producto. El resto, más o menos como siempre.
Evidentemente es serio, y mucho, lo que ha pasado. Pero de ahí a que realmente estemos viviendo esa situación descrita por algunos medios hay mucha diferencia. Uno siente las réplicas si está en casa sentado, no así si está caminando. De hecho, la inmensa mayoría de las réplicas se oyen más que sentirse: hay que mirar la lámpara (es el sismógrafo de muchos de nosotros) o las cortinas para cerciorarse de que realmente hay un temblor… os podéis hacer una idea de en qué han consistido esas réplicas. Mientras, amigos japoneses llamándome para ir al centro de Tokyo a cenar, etc., todo dentro de la más absoluta normalidad (o casi). Los desperfectos en Tokyo hay que buscarlos: algún cristal roto y poco más.
Otra cosa son los medios japoneses: en un país normalmente falto de noticias en el que una paliza a un actor de kabuki es la noticia más analizada y comentada del mes es de esperar que la noticia de este desastre sea el único tema del que hablan. De hecho, la mayoría de los principales canales de TV llevan emitiendo ininterrumpidamente noticias desde el viernes día y noche, aún no he visto otro programa en TV que no sean noticias.
Unas imágenes que no estaréis acostumbrados a ver: presentando las noticias con casco.
En esta última foto dando las noticias además a oscuras debido a los cortes de luz que ha empezado a haber esta tarde en la prefectura de Miyagi. Todo un ejemplo de profesionalidad, ¿no?
En resumen, muy mal los medios de comunicación extranjeros, que se han dedicado a alarmar a la gente (sobre todo a las familias de los que vivimos aquí) y a centrar gran parte de la noticia en Tokyo, donde prácticamente todo ha transcurrido dentro de la normalidad (excepto el paro de trenes, algunos desperfectos y los cortes de luz que se prevén para mañana lunes), quitando protagonismo a quienes realmente lo merecen: las prefecturas de Fukushima, Iwate y Miyagi.
Y a todo esto, he oído que en España se ha dicho que la embajada española ha confirmado que todos los españoles se encuentran bien. Que yo sepa, solo han intentado ponerse en contacto con los españoles residentes en las zonas afectadas, no han llamado a nadie aquí en la capital (tampoco es que lo necesitemos). Lo curioso es que ellos me dijeron que me debía inscribir en el registro de la embajada precisamente para esto, para que me localizaran en caso de terremoto. Bueno sí, y para avisarme de los eventos oficiales que haya en la embajada.
Como último punto a remarcar decir que me he quedado admirado del comportamiento del pueblo japonés ante la catástrofe: están demostrando ser un país preparado y dispuesto a ayudarse entre ellos. Aunque los que leéis este blog sabéis que también me quejo cuando hay cosas que no me gustan de aquí, sin duda lo que ha pasado estos días ha hecho que crezca mi admiración por este país.
Japón ha sabido salir adelante con la cabeza bien alta tras otras catástrofes, estoy seguro de que saldrá también airoso de esta.
Nueva película del Studio Ghibli
Hoy 17 de julio se estrena en los cines japoneses la última película del aclamado Studio Ghibli, titulada “Karigurashi no Arrietty” (借りぐらしのアリエッティ, “Arrietty, la que toma prestado” vendría a ser en español). Es una adaptación muy libre de la novela The Borrowers, de Mary Norton. Aunque en la obra original la acción transcurre en la década de los 50 en Inglaterra, en la película de animación lo hace en la actualidad en la zona de Koganei, al oeste de Tokyo. Me ha hecho gracia porque precisamente yo estoy viviendo justo en esta zona. De hecho, muchas de las películas de Ghibli transcurren por aquí, quizás por el hecho de que el Studio Ghibli y el museo Ghibli se encuentran en esta zona (Hayao Miyazaki, director de Ghibli, también vive cerca de aquí -en Tokorozawa-).
El argumento gira en torno a la vida de unos seres de 10 centímetros de altura que viven a base de tomar prestados objetos de los humanos. La película se centra en la relación entre la protagonista, Arriety, y Sho, el chico humano que la descubre.
El 26 de junio se hizo un pase privado en los estudios Imagica (cerca de la estación tokyota de Gotanda) al que asistió el personal del Studio Ghibli. Por lo visto, tras ver la película Hayao Miyazaki felicitó al debutante director de ésta (Hiromasa Yonebayashi), algo muy significativo viniendo de una persona tan exigente como se sabe que es Miyazaki.
Miyazaki felicitando a Yonebayashi ante el staff de Ghibli (foto del diario del Studio Ghibli)
A pesar de la buena crítica que la película está teniendo, habrá que ver tras su estreno si supera a “Gake no ue no Ponyo” (崖の上のポニョ), la anterior película del estudio. Y esto no es ninguna tontería, siendo ésta la película más taquillera del año 2008 del segundo mercado cinematográfico más grande del mundo tras EEUU.
Este es el tráiler promocional definitivo de la película, presentado esta misma semana:
El “boom” del K-pop
Al tratarse de dos países vecinos, las relaciones entre Japón y Corea del Sur suelen estar marcadas por un sentimiento de amor-odio. Amor en el sentido de admiración de uno por ciertos aspectos del otro, y odio por el sentimiento de competencia que la proximidad geográfica crea entre ellos. Sin entrar a discutir quién copia qué del otro, lo cierto es que en los últimos años en Japón están de moda tanto las series (tv-drama) como la música pop coreana (Korean pop, o K-pop).
Son especialmente las más jóvenes quienes, muchas veces cansadas de la imagen demasiado femenina que tienen ciertos cantantes japoneses, se ven atraídas por el K-pop, en el que sus miembros normalmente muestran una imagen más “dura”, con ciertas similitudes con el pop americano. Así, cantantes como Taeyang (del grupo Big Bang) son prácticamente tan famosos como puedan serlo los propios cantantes japoneses entre la juventud japonesa.
Taeyang cantando en solitario.
Uno de los grupos más conocidos por aquí es Super Junior, famoso, no sólo por sus canciones, sino también por sus coreografías. El siguiente videoclip, por ejemplo, está grabado en una sola secuencia:
En Japón, el grupo que sin duda ha tenido más éxito ha sido Tôhô Shinki (東方神起, “dioses nacientes del este”), también conocidos como TVXQ o DBSG, aunque actualmente en Japón el grupo permanece disuelto. Sus voces no sólo sólo les han hecho archifamosos en Japón y Corea, también en gran parte del sureste asiático, y han llegado a batir varios récords Guinness.
La siguiente canción, cantada en japonés, se pudo escuchar prácticamente en cualquier parte de Japón durante el año pasado:
Otros grupos masculinos muy famosos por aquí son 2PM, G-Dragon o SHINee:
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