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Abr
7

Sistemas de aviso urgente de terremotos

Durante estas últimas semanas entre algunos de los vídeos que se han podido ver sobre el terremoto que afectó a gran parte del este de Japón había también algunos que mostraban los avisos que se daban a la población sobre la llegada inminente del terremoto.

Debido a que las ondas sísmicas se propagan más lentamente que las electromagnéticas, las estaciones sismológicas más cercanas a la zona del epicentro pueden avisar por teléfono, radio o televisión a la población con cierta antelación, dependiendo de la distancia que haya entre esa gente y el epicentro. Así, aunque a veces da tiempo a salir de la casa o del ascensor, otras tan sólo da tiempo a meterse debajo de una mesa, o incluso a veces uno se encuentra tan cerca del epicentro que no da tiempo a hacer nada.

En el caso del terremoto del 11 de marzo, al producirse en la zona de Tôhoku, el aviso se pudo emitir unos 80 segundos antes de que el terremoto se empezara a sentir en Tokyo, a más de 370 km al sur, lo cual dio tiempo a mucha gente a estar preparada, e incluso a empezar a grabarlo antes incluso de que empezara. Yo mismo pude experimentar esto dos días antes del 11 de marzo cuando hubo otro terremoto en la misma zona y vi el aviso por televisión un minuto antes de empezar a sentirlo, como escribí en mi microblog aquel día.

Existen diversos dispositivos y software para recibir este tipo de avisos: los teléfonos móviles japoneses desde hace un tiempo tienen este sistema integrado y obligatorio. Los smartphones no japoneses no disponen de este servicio, pero existen diversas aplicaciones que lo suplen en cierta medida, la más famosa de las cuales tal vez sea “yure kure kôru” (ゆれくれコール, “la llamada del temblor que llega”), una aplicación gratuita para iPhone que ha sido de las más descargadas estas semanas. Estos sistemas hacen que se oiga (aun teniendo el teléfono en modo vibrador) un fuerte pitido que llama la atención. Estos días era bastante habitual estar dentro un tren, oír como en los teléfonos de mucha gente se oía la alarma de terremoto, y justo después el tren hace una parada de seguridad para prevenir descarrilamientos. Además del pitido llega un mensaje indicando la zona del epicentro y la intensidad calculada, tanto en la zona del foco como en la zona donde uno se encuentra (normalmente se puede configurar para que sólo avise a partir de cierta intensidad).

Hay también aparatos que se colocan en casa y que están conectados a los servicios sismológicos, avisando también con un fuerte pitido que alerta a los que están en casa.

Respecto al software existente para ordenador, los más famosos para el público en general son “The Last 10 Second” (sugerente nombre), de pago, y un programa gratuito llamado SignalNow Express, que avisan de manera similar a la de los móviles. En el siguiente vídeo se puede ver como una persona de Tokyo recibe el aviso por el programa “The Last 10 Second” antes de empezar a sentir los temblores, mediante una cuenta regresiva, tras lo cual se oye: “llegada”.

Puedo decir por experiencia que ser consciente de que en unos segundos te va a sacudir un terremoto pone como mínimo bastante nervioso, aunque es una experiencia en cierto modo curiosa para aquellos que no estén acostumbrados.

Por último, quizás la manera más “clásica” de enterarse de que se acerca un temblor es mediante la televisión. La cadena por excelencia es la cadena pública NHK, la que primero retransmite la información, con el clásico mensaje: “緊急地震速報です。強い揺れに警戒してください(“Esto es un aviso urgente de terremoto. Prepárese para un fuerte temblor”). Justo después indican las zonas que se verán afectadas y recomiendan esconderse bajo una mesa, etc. Aunque es algo relativamente habitual en Japón, estas semanas pasadas los avisos han sido constantes.

El por qué la gente prefiere la cadena NHK frente a otras cadenas para informarse de los terremotos lo podéis ver en el siguiente vídeo donde se ven simultáneamente las retransmisiones de las principales cadenas en el momento del terremoto del 11 de marzo: mientras que la NHK tardó muy pocos segundos en avisar, las demás cadenas lo hicieron más de dos minutos después, cuando el temblor ya se estaba sintiendo en Tokyo, como se puede ver en algunos estudios de televisión que estaban retransmitiendo en ese momento. La pantalla de la NHK es la de arriba a la izquierda:

Por último, dejo un vídeo en el que se ve únicamente la retransmisión de esos momentos de la NHK (con subtítulos en inglés). En ese momento se estaba retransmitiendo una sesión del Parlamento japonés, y pocos segundos después del aviso los que estaban reunidos empiezan a notar los temblores.

Mar
15

Cómo están las cosas por Tokyo a día de hoy (15 de marzo de 2011)

“Japón lucha por evitar una tragedia nuclear”, “Japón teme por una catástrofe nuclear”, “Se detecta un aumento vertiginoso de partículas radioactivas en Tokio” “Francia advierte que las autoridades japonesas no están diciendo la verdad respecto a los niveles de radioactividad”.

Titulares como estos están inundando los medios informativos por todo el mundo. ¿Qué hago, entonces, yo aquí? ¿Por qué no salgo pitando hacia el oeste del país o, mejor aún, hacia España? Voy a intentar explicar un poco cómo está la situación en Tokyo a fin de ofrecer una visión real, de alguien que está viviendo aquí.

En primer lugar decir que no soy ningún experto en física nuclear, aunque tengo algunas nociones y práctica en medicina nuclear. Dicho esto, aclarar que la dosis máxima horaria recibida en una hora en Tokyo en el momento en que la radiación ha sido más alta hoy (entre las 10 y las 11 de la mañana; horas después ya era solo una pequeña fracción de ese nivel) ha llegado a 0,8 μGy/h (o 0,8 μSv/h). Para hacerse una idea, de media, una radiografía de tórax emite unos 50 μGy, con lo que se puede calcular fácilmente que estar unas 62 horas a la intemperie (dentro de una casa la exposición a este tipo de radiación baja muchísimo) suponiendo que el nivel máximo se hubiera mantenido ese tiempo (que no lo hizo ni mucho menos) equivale a… recibir una radiografía de tórax. Si lo comparamos con una tomografía computarizada (TC) de abdomen (1200μGy), habría que estar 62 días seguidos a la intemperie en Tokyo suponiendo siempre que la radiación pico se hubiera mantenido (cosa que, insisto, no hizo). Más ejemplos: un pasajero de un vuelo Tokyo-Nueva York recibe unos 190μGy, lo que equivale a 10 días a la intemperie en Tokyo bajo esa situación. La situación en prefecturas cercanas a la central nuclear de Fukushima no es tampoco tan catastrófica ni mucho menos: haría falta estar bastantes días exponiéndose a ese nivel de radiación para equipararla a la radiación a la que nos exponemos en una simple tomografía.

Los niveles de radiación en Tokyo son fácilmente comprobables a través de muchas y diversas fuentes independientes entre sí. Este enlace, por ejemplo, se actualiza cada hora mostrando los niveles en la capital japonesa:

http://www.tokyo-eiken.go.jp/monitoring/index.html

Aquí un usuario particular comparte vía streaming la medición por un contador Geiger en su casa en Kôtô-ku, un distrito de Tokyo:  (no sé lo que durará el enlace)

http://www.ustream.tv/channel/geiger-counter-tokyo

Hay muchas otras fuentes para ver los niveles de radiación actualizados, pero no es mi intención mostrarlos todos.

Lo que me fastidia de esto es la manipulación amarillista que están haciendo los medios, poniendo nerviosos a los familiares o conocidos de los que vivimos aquí, e incluso a japoneses que consultan medios de información extranjeros y pueden dudar de lo que dicen las autoridades aquí. Que incluso fuentes “serias” como la autoridad nuclear francesa afirme que el gobierno japonés no está diciendo la verdad respecto al estado de los reactores es como para hacer una denuncia formal a Francia. Si realmente ya se hubiera producido la fusión de varios núcleos no se explicaría que los niveles de radioactividad sean menores ahora que en el momento pico de esta mañana.

A los que viven en España tal vez les sorprenda saber qué niveles de radioactividad hay por allí:
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Valores en μGy/h (o μSv/h) Fuente: Consejo de Seguridad Nuclear Español

Vamos, que el nivel de radiación que están recibiendo los españoles en general es bastante más alto que el que se está recibiendo actualmente en Tokyo, a veces más del doble. Y entonces, ¿a qué vienen esas fotos de operativos japoneses con mascaras antigás “descontaminando” a personas que vivían en zonas cercanas a la central? Por seguridad. Por si alguien todavía no lo sabe, si en algo son buenos los japoneses es en prevención: incluso ante nimiedades que en otros países se obviarían aquí se exageran por evitar males mayores: cualquiera que haya estado por aquí habrá visto como se destina a un operario simplemente a avisar de que hay un escalón por unas obras, o una gotera, etc.

Si yo, que como he dicho, no soy ningún entendido en la materia, ¿en qué narices están pensando los medios cuando publican semejantes titulares? De verdad, que no pase nunca nada de esto en España porque viendo este nivel de incompetencia entonces sí que habría que salir corriendo del país.

Para terminar, unas imágenes insólitas hasta hace unos días del centro de Tokyo. Debido a la parada de varias centrales nucleares y a la desviación de energía que se está haciendo hacia las zonas afectadas del norte estos días se está haciendo un esfuerzo por ahorrar energía y evitar cortes de suministro. Un ejemplo vivo de solidaridad. Algunas de las zonas más iluminadas del mundo ahora están medio a oscuras:

Studio Alta

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Cuando normalmente está así: (foto tomada de Flickr)

Studio Alta Rendezvous

Shinjuku dôri: (cuando su aspecto habitual es este)

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Nishi Shinjuku, zona conocida por sus tiendas de electrónica: (normalmente así)

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Nishi Shinjuku:

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Shinjuku, salida sur: (normalmente así)

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Southern Terrace:

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Habitualmente se ve así: (foto de Flickr)

view from the south exit of Shinjuku station

Un pachinko, siempre abiertos hasta muy tarde:

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Incluso la estación de Shinjuku, la estación más transitada del mundo, en plena hora punta (19:30 de un martes) no muestra la imagen de caos que quieren dar a entender los medios extranjeros:

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La línea Chuo, eso sí, llena como siempre:

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Mar
13

Cómo he vivido el mayor terremoto en la historia de Japón

Escribo esta entrada un par de días después del terremoto que ha ocurrido frente a la costa noreste de Honshû, del que todo el mundo ya ha oído suficiente y no es mi intención explicar, así que me limitaré a contar cómo lo he vivido estos tres días.

En el momento de la primera (y mayor) sacudida me encontraba volviendo de una excursión en una zona rural al oeste de Tokyo con un amigo japonés. Justo estaba haciendo una foto cuando me da la típica sensación de mareo que siempre da antes de darse uno cuenta de lo que realmente está pasando. Entonces el resto: árboles agitándose, un característico ruido de todo sacudiéndose, crujidos y sensación de que todo (incluyendo las montañas que había alrededor) temblaba. Rápidamente consulté en el teléfono móvil la información sísmica  mientras pensaba que allá donde estuviera el epicentro lo debían estar pasando muy mal. Efectivamente, al ver que se trataba de un grado 7 en la escala japonesa me doy cuenta de que jamás he oído de un sismo de semejante magnitud en Japón (que ya es decir).

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A los pocos minutos del terremoto en los combini ya se habían preparado para que no se les cayeran las botellas

Seguimos caminando hacia la estación de tren que nos debía llevar de vuelta a la zona más urbana y mientras tanto vamos notando las sacudidas de las réplicas, la más fuerte de las cuales nos pilló en la misma estación. La gente no se movía, pero yo tenía claro que estaba más seguro fuera de la estación que bajo techo.

Al poco rato se dice por megafonía que se trataba del mayor terremoto del que se tenía constancia en el país, y que todo el servicio de tren de la zona se encontraba parado hasta nuevo aviso. Tras varias horas esperando y tras saber que no se iba a restablecer el servicio hasta el día siguiente llamamos a unos amigos que vinieron rápidamente a buscarnos en coche (¡gracias!).

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La máquinas muestran que el servicio ferroviario se encuentra parado.

Las principales vías de acceso a Tokyo estaban bastante saturadas como era de esperar al no haber servicio ferroviario, pero finalmente llegamos a nuestras casas esa noche. Mientras, las réplicas no cesaban, algunas suficientemente fuertes como para hacer que me pusiera de pie preparado para salir a la calle en cualquier momento. Esa noche dormí a ratos, ya que los temblores me iban despertando.

A la mañana siguiente empiezo a informarme más en profundidad sobre la situación al norte del país, donde estaban pasándolo realmente mal tras los terremotos en sí, los tsunamis y los incendios. Empiezo a darme cuenta de que muchos medios extranjeros, y especialmente españoles, están basando las noticias en lo que les decían algunos “bloggers” que están viviendo aquí. No sé si eran los propios medios tergiversando la información a base de medias verdades o los mismos informantes que querían atraer la atención, pero a partir del sábado empecé a leer noticias que describían un Tokyo al borde del holocausto: gente abarrotándose en supermercados casi vacíos, amenazantes réplicas que no dejan de sucederse, una población totalmente alarmada por la explosión en la central nuclear de Fukushima, gente que empieza a escapar de la capital por miedo a la contaminación radioactiva, etc. Y mientras yo viendo una realidad totalmente diferente:

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Supermercado el sábado por la tarde: “sin existencias” y “abarrotado” de gente loca por comprar víveres para sobrevivir a la catástrofe.

Lo único que pude ver en los cinco o seis supermercados a los que entré en varias zonas de Tokyo fue que se acabaron ciertos productos, como los fideos instantáneos, la mayoría de marcas de leche y agua y algún otro producto. El resto, más o menos como siempre.

Evidentemente es serio, y mucho, lo que ha pasado. Pero de ahí a que realmente estemos viviendo esa situación descrita por algunos medios hay mucha diferencia. Uno siente las réplicas si está en casa sentado, no así si está caminando. De hecho, la inmensa mayoría de las réplicas se oyen más que sentirse: hay que mirar la lámpara (es el sismógrafo de muchos de nosotros) o las cortinas para cerciorarse de que realmente hay un temblor… os podéis hacer una idea de en qué han consistido esas réplicas. Mientras, amigos japoneses llamándome para ir al centro de Tokyo a cenar, etc., todo dentro de la más absoluta normalidad (o casi). Los desperfectos en Tokyo hay que buscarlos: algún cristal roto y poco más.

Otra cosa son los medios japoneses: en un país normalmente falto de noticias en el que una paliza a un actor de kabuki es la noticia más analizada y comentada del mes es de esperar que la noticia de este desastre sea el único tema del que hablan. De hecho, la mayoría de los principales canales de TV llevan emitiendo ininterrumpidamente noticias desde el viernes día y noche, aún no he visto otro programa en TV que no sean noticias.

Unas imágenes que no estaréis acostumbrados a ver: presentando las noticias con casco.
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En esta última foto dando las noticias además a oscuras debido a los cortes de luz que ha empezado a haber esta tarde en la prefectura de Miyagi. Todo un ejemplo de profesionalidad, ¿no?

En resumen, muy mal los medios de comunicación extranjeros, que se han dedicado a alarmar a la gente (sobre todo a las familias de los que vivimos aquí) y a centrar gran parte de la noticia en Tokyo, donde prácticamente todo ha transcurrido dentro de la normalidad (excepto el paro de trenes, algunos desperfectos y los cortes de luz que se prevén para mañana lunes), quitando protagonismo a quienes realmente lo merecen: las prefecturas de Fukushima, Iwate y Miyagi.

Y a todo esto, he oído que en España se ha dicho que la embajada española ha confirmado que todos los españoles se encuentran bien. Que yo sepa, solo han intentado ponerse en contacto con los españoles residentes en las zonas afectadas, no han llamado a nadie aquí en la capital (tampoco es que lo necesitemos). Lo curioso es que ellos me dijeron que me debía inscribir en el registro de la embajada precisamente para esto, para que me localizaran en caso de terremoto. Bueno sí, y para avisarme de los eventos oficiales que haya en la embajada.

Como último punto a remarcar decir que me he quedado admirado del comportamiento del pueblo japonés ante la catástrofe: están demostrando ser un país preparado y dispuesto a ayudarse entre ellos. Aunque los que leéis este blog sabéis que también me quejo cuando hay cosas que no me gustan de aquí, sin duda lo que ha pasado estos días ha hecho que crezca mi admiración por este país.

Japón ha sabido salir adelante con la cabeza bien alta tras otras catástrofes, estoy seguro de que saldrá también airoso de esta.

Oct
26

Nuevo microblog

Puesto que me he dado cuenta de que la gran mayoría de cosas que veo o hago en el día a día no son lo suficientemente interesantes/relevantes como para ponerlas en el blog (a pesar de algunas de ellas ser bastante curiosas), además de que tampoco es que me sobre mucho tiempo y muchas veces, aunque quiero postear algo, no encuentro momento para hacerlo, he decidido abrir un microblog de estos que ahora están tan de moda con esto de la Web 2.0. En él voy a ir colgando fotos (básicamente hechas con el móvil) de lo que vaya viendo o haciendo, aun cuando a veces muchas de esas cosas sean un poco “chorrada”, pero sé que hay gente a la que le gusta ver estas cosas. A cambio los que lo sigáis podréis ver casi en directo lo que vaya poniendo. Al ser un microblog está pensado para seguirlo desde dispositivos móviles, ahora que los smartphones arrasan por medio mundo. Por supuesto, seguiré con este blog.

Todavía tengo que hacer algún pequeño cambio, pero el diseño definitivo es el que hay. No sé que pasa que da problemas al intentar entrar, por lo que a veces pondrá que no se encuentra la página. Estoy en ello, a ver si lo soluciono pronto.

Por supuesto, se aceptan sugerencias.

Ah… ¡que se me olvidaba! Aquí os dejo la dirección del blog:

http://m.japanaderia.com/ (¡¡ sin www. !!)

Actualización (11 nov.): viendo que Tumblr daba muchos problemas de acceso, he decidido cambiar de plataforma, por lo que ahora está en Posterous. La dirección sigue siendo la misma.

microblog

Jun
29

Tokyo, ¿la ciudad más cara del mundo?

Hoy han dicho en la televisión japonesa que Tokyo figura de nuevo en cabeza en la lista de ciudades más caras del mundo. Hace justo un año la ciudad africana de Luanda desplazó a la capital nipona, pero este año Tokyo vuelve a recuperar el primer puesto. Este hecho se debe, entre otras cosas, al encarecimiento del yen frente al resto de monedas (endaka, 円高). La lista la ha elaborado la consultora ECA, y la podéis ver aquí.

No obstante, para los que vivimos en Tokyo no nos da la sensación de que estemos viviendo en el lugar más caro del mundo, ni mucho menos. Aunque evidentemente el alquiler (o la compra) de un piso en el centro de la ciudad es carísimo (como en cualquier otra gran urbe del primer mundo), y cosas como el transporte tienden a ser caros, la vida aquí no tiene por qué ser más cara que en cualquier ciudad europea, por ejemplo.

Pongo unos ejemplos para que juzguéis, sacada mismamente de la compra que he hecho esta tarde:

1 litro de leche entera: 157 yen ( 1€ actualmente cuesta unos 110 yenes). Si la leche es desnatada, 108 yen/litro

1 litro de zumo de naranja o pomelo 100%: 98 yen

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Algo más de 1/2 kilo de sandía (la sandía es una fruta tradicionalmente cara en Japón): 196 yen (está a mitad de precio, pero es que esto de los descuentos es algo habitual en los supermercados)
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Una bandeja de sushi (10 piezas): 349 yen
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277 gramos de bonito fresco: 135 yen
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1 bandeja de tomate cherry (100g): 98 yen

1 lechuga: 98 yen

1 tomate: 70 yen

1 piña mediana: 198 yen

Además, muchos supermercados proveen gratuitamente algunos servicios. En el mío, por ejemplo, se puede llenar una garrafa de agua purificada (al estilo de las jarras filtrantes Brita) gratis, con lo que uno se ahorra comprar agua mineral.

Siguiendo con el tema de la comida, hoy he comido esto a mediodía en un restaurante: filete empanado de pollo, una pequeña ensalada, tsukemono, sopa de miso y arroz. El precio: 660 yen (unos 6€). Hay que contar además que el agua o el té son gratis en todos los restaurantes en Japón.

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El precio del resto de necesidades básicas, como la ropa, no difiere en absoluto del que pueda tener en cualquier otra ciudad europea, por ejemplo. Muchas veces es incluso más barata. Además, de sobras es sabido que casi cualquier producto o servicio tecnológico suele ser más barato que en otras ciudades no japonesas.

¿Os parece muy caro todo esto?

Abr
15

Matrimonios mixtos

En los últimos años Japón está experimentando cambios sociológicos trascendentales. A pesar de ser una sociedad muy cerrada a la hora de aceptar extranjeros en su país que tengan intención de quedarse a vivir, irremediablemente la sociedad japonesa cada vez se está diversificando más.

Un punto a destacar es el de las parejas mixtas, en el que uno de los miembros es japonés y el otro no. Aunque esto en cualquier otro país podría parecer irrelevante, aquí no lo es. En un país en el que menos del 2% de la población es extranjera (y esto es un máximo histórico), el hecho de que el número de matrimonios mixtos esté aumentando cada día más empieza a ser tema de conversación en los medios.

La mayoría (80%) de los matrimonios son de hombres japoneses con extranjeras, básicamente hombres de mediana-avanzada edad que viven en zonas rurales y se casan con mujeres chinas y filipinas de clase baja (evidentemente, el interés de éstas es adquirir un visado en un país del primer mundo). En el caso de las mujeres japonesas, se casan en primer lugar con coreanos, seguido bastante de lejos por americanos. Es por esto cada vez más frecuente ver por la calle a una chica japonesa acompañada de su novio extranjero europeo o norteamericano. En cambio, poquísimas veces he visto lo contrario, un chico japonés con una extranjera; de hecho, por cada hombre que se casa con una occidental hay diez mujeres que se casan con un occidental (y no voy a entrar a comentar las razones que pueda haber).

El caso es que una de las repercusiones en los medios de este fenómeno ha sido una famosa serie aquí: “Mi novio es un extranjero” (ダーリンは外国人). Su creadora (Saori Oguri) publicó un manga autobiográfico hace unos años en el que habla de Saori, una japonesa casada con Tony, un periodista húngaro-estadounidense. En él relata cómo ven los demás el hecho de que estén juntos,  situaciones en las que la manera directa de hablar/actuar de su marido la pone en un aprieto, y  en otros casos es Tony quien le demuestra el poco sentido que tiene a veces hacer las cosas “a la japonesa”.

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La autora ha publicado ya tres series de manga (cómic japonés), en la última incluso tienen un bebé. Debido al éxito que tuvo se hizo la versión en anime, que se pudo ver durante años en varias líneas de tren de Japan Railways. Finalmente, este sábado se ha estrenado la película en los cines japoneses.

La protagonista es Inoue Mao, famosa por su participación en la serie (dorama) “Hana yori dango“.

Seguro que muchas chicas japonesas con novio extranjero se sentirán identificadas con algunas de las situaciones que aparecen en la película.

Abr
8

Tarjetas de puntos (ポイントカード)

Yo no soy muy amigo de llevar muchas cosas en la cartera. Es por eso que no suelo llevar más que lo justo: un par o tres de tarjetas de crédito/débito, el “DNI japonés”(gaikokujin toroku shomeisho), el carnet de conducir, la suica (famosa tarjeta monedero recargable para pagar el transporte público en la zona de Kanto y alguna otra zona del este de Honshu), el dinero y poco más.

Nunca he sido muy de tener tarjetas de puntos o de fidelización, más que nada porque al guardar la cartera llena de tarjetas en el bolsillo del pantalón me molesta bastante.

Pero aquí en Japón a la que me he querido dar cuenta llevaba un buen bulto de tarjetas. Cada vez que voy a un comercio un poco grande me preguntan si tengo o quiero la tarjeta de puntos de ese comercio. Normalmente digo que no, ya que no creo que vuelva a esa tienda en bastante tiempo. Pero a veces digo que sí y me hago la tarjeta.

De vez en cuando hago limpieza y saco de la cartera las tarjetas que no uso frecuentemente, como la de JAL, etc. Pero como se ve en la foto aun así llevo siempre encima un buen puñado de tarjetas, algunas incluso repetidas (me ofrecen hacerlas y al tener tantas ya no sé si esa la tengo o no).

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Normalmente no ofrecen gran cosa: entre un uno y un cinco por ciento del valor de lo que se compra. Pero hay veces, como es el caso de algunas cadenas de electrónica (Yodobashi Camera, Bic camera, etc.) que ofrecen hasta un 20 o un 25% de descuento determinados días, lo cual supone un ahorro considerable. Otras, como la de la cadena de restaurante Otoya permiten escoger el menú que uno quiera de su carta al alcanzar ciertos puntos (para hacerse una idea, los puntos necesarios para un menú se consiguen yendo tres veces con tres amigos a cenar). Gracias a eso, ya he comido gratis alguna que otra vez.

Como he comentado antes, la mayoría ofrecen poca cosa, como es el caso de la “T Point Card“. No obstante, esta tarjeta en particular se puede usar en multitud de comercios, cosa que yo no sabía: cafés, hamburgueserías, inmobiliarias, tiendas de libros, de discos, etc. La semana pasada me enteré de que también la aceptan en los conbini (tiendas de conveniencia 24 horas) Family Mart, en el que llevo pagando todas mis facturas de luz, agua, gas e Internet desde hace más de dos años. Ya me podría haber ahorrado un buen dinero…

Se estima que los puntos que ofrecen todos los comercios japoneses en un año ascienden aproximadamente a 1.000.000.000.000 (un billón) de yenes… ¡ahí es nada!

Por cierto, los que vengáis a Japón si enseñáis el pasaporte con el visado de turista no tendréis que pagar los impuestos (5%) en muchos comercios (no sólo en las tiendas “duty free”) al comprar artículos de más de 10.000 yen, además de llevaros los puntos si tenéis la tarjeta de la tienda.

Mar
25

Tres cosas que no soporto de Japón

Aunque en el blog suelo hablar de cosas que me gustan de este país, hay algunas cosas que me sacan de quicio. Hoy voy a hablaros de tres de ellas, dos de las cuales tienen que ver con los días de lluvia.

En estas últimas semanas en que está lloviendo bastante más de lo normal (hoy mismo llevamos más de 24 horas lloviendo sin parar) me encuentro cada día con estas situaciones que inevitablemente me hacen comparar la ciudad en la que vivo con Barcelona, lugar donde vivía antes de venir aquí.

La primera es la sorprendente torpeza de la gente en general a la hora de caminar con un paraguas. Los días de lluvia, cuando paso por lugares bastante transitados (cosa no muy difícil aquí)  tengo que enfocar el paraguas hacia adelante si no quiero ir “comiéndome” los paraguas de la gente que pasa a mi lado. La gente va tan “a su bola” que no se da cuenta de que están a punto de sacarle un ojo a la persona con la que se cruzan. Al principio me sabía mal tener que poner el paraguas hacia adelante, puesto que va chocando con el paraguas de todo aquel que no esté atento mientras camina, pero ya hace tiempo que me cansé de tener que vigilar los paraguas de los demás, sobre todo tras “comerme” unos cuantos.

Ocurre todo lo contrario cuando van en bicicleta: aquí todo el mundo maneja la bicicleta con una habilidad asombrosa. He visto a gente pasar entre los coches que circulan un día de lluvia mientras con una mano sostienen el paraguas y con la otra escriben un e-mail con el móvil. A mí que ya me cuesta llevar el paraguas y la bicicleta a la vez…

shibuya crossing in the rain

La segunda son los charcos que se forman cada vez que llueve. Al ser Tokyo una ciudad tan masiva, sólo algunas zonas céntricas están embaldosadas. El resto suele estar simplemente asfaltado, con lo cual se forman zonas más hundidas que otras, y al llover se inundan. Incluso las zonas embaldosadas suelen ser irregulares, por lo que si no se vigila uno acaba pisando un charco de agua y empapándose el pie.

Tal vez en Barcelona también ocurra esto, pero nunca he sido consciente de ello. Quizás es el hecho de que aquí llueve más.

Por último, la dichosa línea amarilla que recorre la mayoría de las calles de las ciudades. La línea en cuestión es una señalización para ciegos. Pero vamos, que creo yo que no hace falta darle tanto relieve para que la noten y sepan por dónde ir. Al principio uno no se da cuenta, pero cuando lleva unos meses pisándola empieza a molestar cada vez más y más, incluso duele si se llevan zapatos con poca suela. La gente suele evitarla inconscientemente, intentando pisarla lo mínimo posible, porque molesta. Recuerdo que esto de que es un incordio me lo dijo un amigo, y al principio pensé que era un exagerado. Ahora tengo que darle la razón.

(Las fotos las he sacado de Flickr, que no tengo ganas de salir con la lluvia a hacerle fotos al suelo  :P)

Mar
9

Alquilar un piso en Japón

Japón tiene fama de tener unos precios de alquileres exorbitantes. Esta fama es en parte merecida, pero eso no significa que sea imposible alquilar un lugar donde vivir por un precio asequible.

Si uno va a estar en un mismo lugar durante un mes o más debería plantearse la posibilidad de alojarse en un apartamento (privado o compartido) en vez de un hotel u hostal. Hay muchas opciones, pero lo más lógico es alojarse en un apartamento que ofrecen compañías dedicadas  a alquilar a extranjeros. Algunas de las más conocidas son Sakura House, Fontana, Leo Palace 21 (mínimo 90 días), Oakhouse, etc. Paso de poner los enlaces, que bastante publicidad gratuita les hago ya mencionándolos. Los precios varían dependiendo del tipo de alojamiento, pero comienzan a partir de unos 40.000 yen por una habitación privada en un apartamento o Guest House con zonas comunitarias, gastos de luz, agua, gas y normalmente conexión a Internet incluidos.

Quien se va  a quedar por un año o más puede plantearse la posibilidad de alquilar un apartamento mediante una inmobiliaria “normal” (fudôsan, 不動産), el método que usaría cualquier japonés. La principal ventaja es el precio: por lo que cuesta una habitación en un alojamiento compartido uno puede tener su propio apartamento. No es difícil, por ejemplo, encontrar apartamentos por 35.000-40.000 yen al mes a unos 20/30 minutos del centro de Tokyo.

Las desventajas son varias. En primer lugar, que hay que tener un nivel básico de japonés. Los propietarios y las inmobiliarias no suelen hablar inglés, y aunque lo hablaran son bastante reticentes a alquilar un apartamento a alguien que en caso de tener algún problema no va a entender lo que le dicen. Además, más vale saber lo que uno está firmando cuando le dan un contrato de alquiler, no sea que luego haya problemas.  Así, a veces hay que visitar varios apartamentos hasta que el dueño de éste se decide a alquilar su apartamento a un extranjero. En los últimos años la cosa se ha puesto un poco más fácil que antaño, cuando era realmente difícil que le alquilaran a un extranjero.

Normalmente todas las inmobiliarias de una zona ofrecen los mismos apartamentos, están todas conectadas a una misma base de datos. Yo, por ejemplo, cuando alquilé mi actual apartamento, fui a una agencia, pero me acabaron llevando a otra que se encargaba del apartamento que me interesaba. Supongo que luego se arreglarán las comisiones entre ellos. Así que en general, vista una agencia, vistas todas las demás de la zona (al menos eso ahorra irse paseando de una a otra).

Una vez superado este primer escollo, lo siguiente es pagar las “tarifas de entrada”. Estas son:

· Shikikin (敷金) -también llamado hoshôkin (保証金)-: es un depósito que se hace por si estropeamos algo en el apartamento. Si no hay nada que arreglar lo devuelven cuando dejamos el apartamento. Suele ser una cantidad equivalente a uno o dos meses.

· Chûkai tesûryô (仲介手数料): gastos del intermediario (la agencia inmobiliaria). Asciende a medio o a un mes completo de alquiler.

· Reikin (礼金): “agradecimiento” obligatorio al dueño de la casa por ofrecernos su apartamento. No se devuelve. Suele ser de uno o dos meses, pero últimamente hay agencias inmobiliarias que no lo exigen (hay que vigilar que a cambio el alquiler no sea un poco más caro; esto se puede hacer comparando el precio con otra agencia que ofrezca el mismo alojamiento).

Como veis, al entrar, además de el alquiler en sí (yachin, 家賃), hay que tener en cuenta que se deberá pagar una cantidad de aproximadamente cuatro meses de alquiler.

El tercer y último obstáculo es que hay que tener un garante que se haga cargo de los gastos en caso de que hubiera un incidente (por si destrozáramos la casa y nos volviéramos a nuestro país, por ejemplo). El problema es que este garante debe ser japonés y disponer de unos ingresos fijos medianamente buenos, para poderse hacer cargo en caso de necesitarlo. Como evidentemente en la mayoría de los casos el extranjero que llega a un país no dispone de nadie, hay ciertas inmobiliarias que aceptan que una empresa dedicada a esto haga de garante (normalmente cuesta unos dos o tres mil yen al mes).

A veces hay que tener en cuenta que también hay que pagar unos gastos de comunidad, dependiendo del tipo de apartamento en el que vivamos. Y, evidentemente, los gastos de agua, luz, gas etc. que tengamos.

1R
“1R” bastante grande.

Básicamente, el precio de un apartamento está condicionado por los siguientes factores:

· Distancia al centro de la ciudad: cuanto más céntrico más caro, por supuesto. Bajo los estándares japoneses, unos 30 minutos en tren hasta tu destino de estudio/trabajo diario no está mal. Si la estación es secundaria (no paran todos los trenes que pasan), el precio suele ser más bajo que si es una importante o con muchas conexiones a varias líneas.

· Distancia hasta la estación: no conozco a nadie que trabaje en el centro de una ciudad grande y vaya en coche, todos van en tren. En Japón las distancias giran en torno a los trenes. De hecho, se suele llegar antes en tren que en vehículo propio, ya sea moto o coche. Cuanto más cerca esté nuestro apartamento de la estación, más caro. En mi opinión, 15 minutos hasta la estación es el límite aceptable, más puede ser un suplicio. La distancia de nuestra casa a la estación es para mí bastante más importante que lo lejos que esté la estación del centro. Al fin y al cabo, la empresa paga los gastos de transporte de sus empleados, y los estudiantes pueden obtener bonos a mitad del precio normal. Por cierto, las inmobiliarias miden la distancia según la regla 80 metros= 1 minuto. Eso es caminar bastante rápido, échale un par de minutos más de lo que te digan.

· Edificio de madera o cemento: de madera es más barato, pero conserva peor la temperatura, no aísla tan bien de los ruidos de los vecinos, e incluso es más fácil que aparezcan “inquilinos” (cucarachas) en verano. Muchísimas casas en Japón son de madera. Los apartamentos de madera se conocen en Japón como apaato (アパート), y los de cemento como manshon (マンション), aunque evidentemente esta palabra nada tiene que ver con su significado original.

· Orientación del apartamento: hacia el sur más horas de luz y más caro.

· Antigüedad del edificio: cuanto más nuevo más caro. Un apartamento con 10 o 15 años de antigüedad sin estar completamente renovado se considera viejo, especialmente si la construcción es de madera. Mejor que sea de menos de 10 años.

· Altura: a más altura suele ser más caro. El moho (kabi, 黴) que provoca la intensa humedad del verano japonés es más fácil que aparezca en el piso inferior. También, las cucarachas llegan antes al piso de abajo que a los de encima. Si el edificio tiene cuarta planta a veces esta es más barata. La razón es que “cuatro” en japonés se puede decir shi, que también significa “muerte”.

· Suelo de tatami/madera: el de tatami es más barato, pero es más difícil de limpiar.

· Baño y wáter juntos/separados: uno de los puntos que más tienen en cuenta los japoneses al alquilar un apartamento. Consideran bastante desagradable tener la bañera al lado de un wáter. Si el wáter está en una habitación independiente es más caro.

1K
“1K”

· Tamaño del apartamento: en Japón existen diversas denominaciones de los apartamentos según su tamaño: 1R, 1K, 1DK, 1LDK, 2K, 2DK, 2LDK, etc. “1R” significa una habitación, con la cocina en la misma habitación. “1K” significa una habitación y una cocina. “1DK” significa una habitación, una cocina y una sala de estar. “2LDK” significa dos habitaciones, una cocina, una sala de estar y un comedor. Y así sucesivamente. El tamaño de las habitaciones no se suele medir en metros cuadrados, sino en tatamis. Un tatami=85.5cm x 179 cm, unos 1.53 metros cuadrados. Un apartamento “1K” de 7 tatamis suele rondar los 18 o 20 metros cuadrados. Aunque pueda parecer claustrofóbico, os aseguro que es perfectamente viable, e incluso cómodo para una persona vivir en 20 metros cuadrados bien distribuidos. Es muy rápido de limpiar, y se puede refrigerar o calentar la habitación en un momento, con el consecuente ahorro energético. A veces las “1R” o “1K” tienen loft, lo que significa que tienen un techo de madera sobre la habitación principal destinado a dormir allí, lo cual ahorra un espacio considerable.

manshon
Típica manshon recién construida.

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