De vuelta en Tokyo
Tras pasar tres semanas en Barcelona reencontrándome con la familia y amigos, anoche llegué a Japón después de más de 30 horas y haciendo un par de escalas a fin de que el billete saliera más económico, que está bastante caro por estas fechas.
Salí de Barcelona por la T1, la terminal más nueva del aeropuerto de El Prat. Aunque ya pasé por aquí hace un año y medio, en esta ocasión ya estaba completamente terminada, por lo que pude pasearme por las numerosas tiendas que tiene. Por fin, una terminal a la altura de Barcelona, que ya le hacía falta.
Un par de horas después me hallaba en Fiumicino, el aeropuerto de Roma. Puesto que tenía casi ocho horas por delante antes de coger el siguiente vuelo, y viendo que no hay prácticamente nada que hacer en este viejo aeropuerto, decidí dejar las maletas en un servicio de custodia de equipajes, coger un autobús e irme a visitar Roma por unas horas.
Hacía más de diez años que no visitaba la ciudad, pero pocas cosas parecen haber cambiado. Como no tenía ni siquiera un triste mapa con el que guiarme, cogí un autobús que me llevó a la zona de la Piazza di Spagna y tras comer una clásica pizza estuve paseando por los alrededores.
Tras el paseo, de vuelta al aeropuerto y hacia la siguiente parada: Pekín.
Once horas después aterrizábamos en la capital china. Tenía cuatro horas hasta coger el siguiente avión, esta vez ya a Tokyo. Por suerte, el aeropuerto dispone de Wi-Fi, por lo que la espera se hizo más amena. De paso, y aunque nunca he visitado China continental, pude comprobar la política de censura que sigue el gobierno chino en lo que respecta a medios de comunicación.
El gigantesco A380 en el aeropuerto de Pekín. Si venís a Tokyo desde España con Lufthansa lo haréis en un bicho de estos :)
La ciudad de Tianjin, al sureste de Pekín.
Tres horas más de vuelo me llevarían de vuelta hasta la recién inaugurada terminal internacional del aeropuerto de Haneda, una maravilla en lo que a practicidad se refiere.
Lo bueno de llegar de noche a Tokyo es que uno se puede ir a dormir nada más llegar, por lo que el jet lag se pasa pronto.
Y una vez de vuelta a casa, a empezar la “rutina” diaria. Toca trabajar, y mucho, que este año promete bastante: tendré que acabar la tesis del máster que estoy haciendo, graduarme y, lo más importante, encontrar un puesto fijo en un trabajo a tiempo completo (正社員) y dejar así el de a tiempo parcial que tengo ahora. Será decisivo para ver si me quedo una larga temporada aquí o no. ¡A ponerse las pilas!
Nuevo microblog
Puesto que me he dado cuenta de que la gran mayoría de cosas que veo o hago en el día a día no son lo suficientemente interesantes/relevantes como para ponerlas en el blog (a pesar de algunas de ellas ser bastante curiosas), además de que tampoco es que me sobre mucho tiempo y muchas veces, aunque quiero postear algo, no encuentro momento para hacerlo, he decidido abrir un microblog de estos que ahora están tan de moda con esto de la Web 2.0. En él voy a ir colgando fotos (básicamente hechas con el móvil) de lo que vaya viendo o haciendo, aun cuando a veces muchas de esas cosas sean un poco “chorrada”, pero sé que hay gente a la que le gusta ver estas cosas. A cambio los que lo sigáis podréis ver casi en directo lo que vaya poniendo. Al ser un microblog está pensado para seguirlo desde dispositivos móviles, ahora que los smartphones arrasan por medio mundo. Por supuesto, seguiré con este blog.
Todavía tengo que hacer algún pequeño cambio, pero el diseño definitivo es el que hay. No sé que pasa que da problemas al intentar entrar, por lo que a veces pondrá que no se encuentra la página. Estoy en ello, a ver si lo soluciono pronto.
Por supuesto, se aceptan sugerencias.
Ah… ¡que se me olvidaba! Aquí os dejo la dirección del blog:
http://m.japanaderia.com/ (¡¡ sin www. !!)
Actualización (11 nov.): viendo que Tumblr daba muchos problemas de acceso, he decidido cambiar de plataforma, por lo que ahora está en Posterous. La dirección sigue siendo la misma.
Desde Tailandia
Breve entrada para comentar que seguimos por el Sudeste Asiático. Hasta ahora hemos visitado:
Ao Nang y algunas de las principales islas del mar de Andamán, al sur de Tailandia.
Por delante nos queda alguna otra zona del sur de Tailandia (Krabi, Phuket), Kuala Lumpur, Singapur y la isla de Bali, en la que estaremos una semana recorriendo la isla en coche.
Vacaciones por el Sudeste Asiático
Como casi todo el mundo por estas fechas, hace unos días empecé las vacaciones de verano. Este año ha venido mi hermano menor a Japón, aunque debido a la fortaleza del yen respecto al euro hemos decidido salir bastantes días fuera del país.
Esta semana hemos estado viajando por la zona central de Honshu, sobre todo por las prefecturas de Nagano y Gifu, en los llamados Alpes del Sur, una de mis zonas preferidas de Japón. En cuanto pasen los ajetreos vacacionales ya escribiré sobre estos lugares, que son bastante interesantes.
A partir de este lunes 16 saldremos de ruta por algunos países del Sudeste Asiático, una zona en la que nunca he estado y que hacía tiempo que quería ver. Empezaremos por Tailandia, visitando Bangkok y provincias de los alrededores (Ayutthaya, parque nacional de Erawan), tras lo cual bajaremos hacia las playas del sur del país, en el mar de Andamán. Dejamos para otra vez la zona norte tailandesa, en parte porque “paso” de turistadas tipo mujeres jirafa o paseos en elefante. Además, debido al poco tiempo que tendremos para tantos destinos, muy a mi pesar se nos va a hacer imposible visitar esta vez Angkor Watt (creo que será más viable acceder a él desde Vietnam, dedicándole al menos tres días) y Yangoon (básicamente para ver la increíble pagoda de Shwedagon).
Después de Tailandia visitaremos algunas capitales de la península malaya, como Kuala Lumpur y Singapur. Tras eso queríamos visitar Filipinas, pero creo que merecen un viaje en exclusiva y no quiero ir para sólo estar cinco días. A cambio, visitaremos la isla de Bali, un turístico destino que quiero quitarme de encima para cuando visite Indonesia, mi país preferido del Sudeste Asiático. Lo dejo también para un futuro viaje. En Bali no espero ver grandes playas (pues tengo entendido que no las hay), sino las selvas y campos de arroz del interior, de los cuales se dice que son uno de los más bellos paisajes que se puede contemplar en el mundo, además de buenos lugares para hacer submarinismo. De ahí voveremos a Bangkok y de vuelta a Tokyo.
Pues nada, buenas vacaciones para los que las estéis disfrutando y ¡¡hasta septiembre!!
Tarjetas de puntos (ポイントカード)
Yo no soy muy amigo de llevar muchas cosas en la cartera. Es por eso que no suelo llevar más que lo justo: un par o tres de tarjetas de crédito/débito, el “DNI japonés”(gaikokujin toroku shomeisho), el carnet de conducir, la suica (famosa tarjeta monedero recargable para pagar el transporte público en la zona de Kanto y alguna otra zona del este de Honshu), el dinero y poco más.
Nunca he sido muy de tener tarjetas de puntos o de fidelización, más que nada porque al guardar la cartera llena de tarjetas en el bolsillo del pantalón me molesta bastante.
Pero aquí en Japón a la que me he querido dar cuenta llevaba un buen bulto de tarjetas. Cada vez que voy a un comercio un poco grande me preguntan si tengo o quiero la tarjeta de puntos de ese comercio. Normalmente digo que no, ya que no creo que vuelva a esa tienda en bastante tiempo. Pero a veces digo que sí y me hago la tarjeta.
De vez en cuando hago limpieza y saco de la cartera las tarjetas que no uso frecuentemente, como la de JAL, etc. Pero como se ve en la foto aun así llevo siempre encima un buen puñado de tarjetas, algunas incluso repetidas (me ofrecen hacerlas y al tener tantas ya no sé si esa la tengo o no).
Normalmente no ofrecen gran cosa: entre un uno y un cinco por ciento del valor de lo que se compra. Pero hay veces, como es el caso de algunas cadenas de electrónica (Yodobashi Camera, Bic camera, etc.) que ofrecen hasta un 20 o un 25% de descuento determinados días, lo cual supone un ahorro considerable. Otras, como la de la cadena de restaurante Otoya permiten escoger el menú que uno quiera de su carta al alcanzar ciertos puntos (para hacerse una idea, los puntos necesarios para un menú se consiguen yendo tres veces con tres amigos a cenar). Gracias a eso, ya he comido gratis alguna que otra vez.
Como he comentado antes, la mayoría ofrecen poca cosa, como es el caso de la “T Point Card“. No obstante, esta tarjeta en particular se puede usar en multitud de comercios, cosa que yo no sabía: cafés, hamburgueserías, inmobiliarias, tiendas de libros, de discos, etc. La semana pasada me enteré de que también la aceptan en los conbini (tiendas de conveniencia 24 horas) Family Mart, en el que llevo pagando todas mis facturas de luz, agua, gas e Internet desde hace más de dos años. Ya me podría haber ahorrado un buen dinero…
Se estima que los puntos que ofrecen todos los comercios japoneses en un año ascienden aproximadamente a 1.000.000.000.000 (un billón) de yenes… ¡ahí es nada!
Por cierto, los que vengáis a Japón si enseñáis el pasaporte con el visado de turista no tendréis que pagar los impuestos (5%) en muchos comercios (no sólo en las tiendas “duty free”) al comprar artículos de más de 10.000 yen, además de llevaros los puntos si tenéis la tarjeta de la tienda.
Tres cosas que no soporto de Japón
Aunque en el blog suelo hablar de cosas que me gustan de este país, hay algunas cosas que me sacan de quicio. Hoy voy a hablaros de tres de ellas, dos de las cuales tienen que ver con los días de lluvia.
En estas últimas semanas en que está lloviendo bastante más de lo normal (hoy mismo llevamos más de 24 horas lloviendo sin parar) me encuentro cada día con estas situaciones que inevitablemente me hacen comparar la ciudad en la que vivo con Barcelona, lugar donde vivía antes de venir aquí.
La primera es la sorprendente torpeza de la gente en general a la hora de caminar con un paraguas. Los días de lluvia, cuando paso por lugares bastante transitados (cosa no muy difícil aquí) tengo que enfocar el paraguas hacia adelante si no quiero ir “comiéndome” los paraguas de la gente que pasa a mi lado. La gente va tan “a su bola” que no se da cuenta de que están a punto de sacarle un ojo a la persona con la que se cruzan. Al principio me sabía mal tener que poner el paraguas hacia adelante, puesto que va chocando con el paraguas de todo aquel que no esté atento mientras camina, pero ya hace tiempo que me cansé de tener que vigilar los paraguas de los demás, sobre todo tras “comerme” unos cuantos.
Ocurre todo lo contrario cuando van en bicicleta: aquí todo el mundo maneja la bicicleta con una habilidad asombrosa. He visto a gente pasar entre los coches que circulan un día de lluvia mientras con una mano sostienen el paraguas y con la otra escriben un e-mail con el móvil. A mí que ya me cuesta llevar el paraguas y la bicicleta a la vez…
La segunda son los charcos que se forman cada vez que llueve. Al ser Tokyo una ciudad tan masiva, sólo algunas zonas céntricas están embaldosadas. El resto suele estar simplemente asfaltado, con lo cual se forman zonas más hundidas que otras, y al llover se inundan. Incluso las zonas embaldosadas suelen ser irregulares, por lo que si no se vigila uno acaba pisando un charco de agua y empapándose el pie.
Tal vez en Barcelona también ocurra esto, pero nunca he sido consciente de ello. Quizás es el hecho de que aquí llueve más.
Por último, la dichosa línea amarilla que recorre la mayoría de las calles de las ciudades. La línea en cuestión es una señalización para ciegos. Pero vamos, que creo yo que no hace falta darle tanto relieve para que la noten y sepan por dónde ir. Al principio uno no se da cuenta, pero cuando lleva unos meses pisándola empieza a molestar cada vez más y más, incluso duele si se llevan zapatos con poca suela. La gente suele evitarla inconscientemente, intentando pisarla lo mínimo posible, porque molesta. Recuerdo que esto de que es un incordio me lo dijo un amigo, y al principio pensé que era un exagerado. Ahora tengo que darle la razón.
(Las fotos las he sacado de Flickr, que no tengo ganas de salir con la lluvia a hacerle fotos al suelo :P)
Licencia de conducción japonesa
El viernes pasado me acerqué a una oficina de tráfico que hay cerca de casa y me saqué el permiso de conducir japonés. Antes de venir a Japón obtuve el carné de conducir internacional en la Jefatura de Tráfico de mi ciudad. En España cuesta algo menos de 10€ y es válido por un año desde su expedición (aquí tenéis más datos). Una vez pasado un año no se puede reemitir a no ser que se esté fuera de Japón tres meses o más, así que no queda otra opción que sacarse el japonés.
El trámite es muy sencillo y rápido para los españoles, ya que se puede convalidar una licencia por otra (gaimen kirikae, 外面切り替え). Básicamente se necesita presentar el permiso de conducción original junto a una traducción de éste al japonés. Esto se puede hacer en la Embajada de España en Tokyo por algo menos de 2500 yen, o en la JAF, la Federación de Automóviles Japonesa, por poco más de 3000 yen (aquí hay más información si se opta por hacerlo mediante la JAF -se puede hacer por correo-). Una vez se tiene la traducción hay que ir a una “oficina de licencia de conducir” (unten menkyo sentaa, 運転免許センター) o a un “centro de exámenes para licencia de conducir” (unten menkyo shikenjô, 運転免許試験場) y se presenta el carné español, la traducción, una foto de 3×2.4 cm, 4500 yen, la tarjeta de registro de extranjero (gaikokujin tôroku shomeisho, 外国人登録証明書) y el pasaporte (se debe poder demostrar haber vivido tres meses en España desde que se obtuvo el carné). Una vez entregado todo, se rellenan un par de papeles, se hace allí mismo un examen visual muy sencillo y se toma también allí la fotografía que saldrá en la licencia -todo incluido en los 4500 yen que pagamos antes-. Por lo que vi y me comentaron los trabajadores de la oficina, nunca suele haber colas, por lo que el proceso dura unos 15 minutos. Tras esto, le entregan a uno un papel, y en una hora y media ya puede volver a recoger su carnet. No tengo ni idea de cómo funcionará el proceso en España para los extranjeros que quieran convalidar su permiso, pero dudo mucho que se pueda hacer en menos de dos horas. Así da gusto hacer trámites.
No tienen que hacer ningún examen los que hayan obtenido su licencia en: Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Islandia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Noruega, Portugal, España, Suiza, Suecia, Holanda, Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Corea del Sur. Los demás deben hacer un examen teórico (sobre la normativa de circulación japonesa) y uno práctico en un circuito cerrado.
Como dato a tener en cuenta, decir que aquí en Japón también hay un sistema de puntos, en el que por cometer infracciones se van sumando puntos, y al llegar a cierta cantidad se suspende la licencia.
Entradas recientes
- Gafas por gusto
- Nakameguro (中目黒)
- Sistemas de aviso urgente de terremotos
- El parque de Mitsuike (三ッ池公園)
- Cómo están las cosas por Tokyo a día de hoy (15 de marzo de 2011)
Últimos comentarios
- Yamagushi en Alquilar un piso en Japón
- Maria Jose en Subida al monte Fuji
- alfonso en Murakami en Versalles
- RAUL PEREZ en Murakami en Versalles
- Gami en Gafas por gusto
